Cuando una caldera hace ruido suele ser señal de que algo no funciona como debería. A veces son sonidos leves sin importancia, pero otras veces avisan de problemas que conviene atender cuanto antes. Identificar el tipo de ruido es el primer paso para saber si puedes solucionarlo con una revisión básica o si es necesario acudir a un técnico.
Los ruidos más habituales son metálicos, de estallido, burbujeo, silbidos o vibraciones. Cada uno tiene un origen distinto: desde aire en el circuito hasta fallos en la combustión o desgaste de piezas. En este artículo analizamos las causas más comunes y explicamos qué puedes hacer en cada caso para mantener tu instalación segura y eficiente.
Tipos de ruidos y sus causas
Ruidos metálicos
Si la caldera hace ruido metálico, puede deberse a varias razones. Una de las más frecuentes es el ventilador desgastado o bloqueado. Este componente se encarga de expulsar los gases de combustión y, con el tiempo, puede acumular suciedad o perder equilibrio. El resultado es un golpeteo o chirrido metálico.
Otra posibilidad es que haya piezas sueltas en el interior. Los tornillos flojos o soportes mal ajustados generan vibraciones que se traducen en un ruido metálico repetitivo. Aunque no siempre afectan de inmediato al funcionamiento, conviene revisarlos para evitar daños mayores.
En ambos casos, si el sonido es fuerte y constante, lo recomendable es parar la caldera y solicitar una revisión profesional.
Ruidos sordos o de estallido
Un problema habitual ocurre cuando la caldera hace ruido en forma de pequeñas explosiones al encenderse. Esto suele indicar que la mezcla aire-gas no está bien regulada. Si el gas se acumula antes de encender el quemador, se produce un encendido brusco que genera ese sonido sordo.
También pueden fallar los electrodos de encendido. Si no producen chispa en el momento exacto, el gas se acumula y el encendido es irregular. Este tipo de ruido debe tomarse en serio, ya que puede afectar tanto a la seguridad como a la vida útil del aparato.
Burbujeo o gorgoteo
Cuando una caldera hace ruido parecido a un burbujeo, casi siempre se trata de aire en el circuito de calefacción. El aire atrapado en los radiadores o tuberías interfiere en el paso del agua y provoca gorgoteos al circular.
Otra causa frecuente es la acumulación de cal en el intercambiador de calor. En zonas con agua dura, la cal se adhiere a las paredes internas y forma depósitos. Estos depósitos alteran el flujo del agua y generan ruidos similares a burbujas.
La solución más común es purgar los radiadores y, en caso de mucha cal, realizar una descalcificación.
Silbidos
Si la caldera hace ruido en forma de silbido, es probable que se deba a un caudal de gas mal ajustado. Cuando el gas pasa con demasiada presión por los conductos, se generan pitidos o silbidos al encenderse.
Otra causa puede estar en la presión del agua. Si la presión es demasiado baja o demasiado alta, el flujo no es estable y se producen sonidos agudos. Ajustar la presión a valores recomendados (entre 1 y 1,5 bares en frío) suele ser suficiente para resolverlo.
Vibraciones o zumbidos
Un zumbido constante o vibraciones fuertes también son señales comunes. En este caso, si la caldera hace ruido, lo más habitual es que la bomba de circulación esté desequilibrada o desgastada.
La bomba impulsa el agua por el circuito de calefacción. Si falla, no solo hace ruido: también reduce la eficiencia del sistema. Otra posibilidad es que el circuito hidráulico esté mal equilibrado y provoque desequilibrios en el flujo de agua.
En ambos casos es necesaria una revisión técnica, ya que seguir usando la caldera en estas condiciones aumenta el riesgo de avería grave.
Cómo actuar si tu caldera hace ruido
Cuando una caldera hace ruido, lo primero es mantener la calma y tratar de identificar el tipo de sonido. A partir de ahí, puedes realizar algunas comprobaciones básicas antes de llamar a un técnico especializado.
Revisión básica que puedes hacer tú mismo
- Purgar radiadores. El aire acumulado suele ser la causa de gorgoteos. Con un destornillador o la llave de purgado puedes liberar ese aire.
- Comprobar la presión. La mayoría de calderas funcionan bien entre 1 y 1,5 bares en frío. Si la presión está fuera de rango, ajusta la válvula de llenado.
- Verificar ventiladores y salidas. Comprueba que no haya objetos bloqueando el ventilador o la salida de humos. La suciedad también puede provocar ruidos metálicos.
- Revisar el termostato. A veces un fallo de comunicación provoca ciclos de encendido y apagado que generan sonidos extraños.
Estas acciones son seguras y no requieren conocimientos técnicos avanzados. Si tras hacerlas la caldera hace ruido aún, es momento de acudir a un profesional.
Cuándo acudir a un técnico especializado
Hay situaciones en las que la intervención profesional es obligatoria:
- Ruidos metálicos fuertes o repetitivos. Pueden indicar piezas sueltas o ventiladores dañados.
- Explosiones o ruidos sordos al encenderse. Señal de combustión deficiente, con riesgo de seguridad.
- Pitidos intensos o silbidos constantes. Relacionados con caudal de gas o presión de agua inadecuada.
- Vibraciones prolongadas. La bomba de circulación o el circuito hidráulico pueden estar en mal estado.
Un técnico autorizado dispone de herramientas para medir la combustión, revisar el intercambiador y garantizar que la instalación es segura. Ignorar estas señales puede derivar en averías graves o incluso en riesgos de fuga.
Riesgos de ignorar los ruidos en la caldera
Dejar pasar el tiempo cuando la caldera hace ruido nunca es buena idea. Los principales riesgos son:
- Bloqueo completo de la caldera. Una bomba defectuosa o un ventilador bloqueado pueden parar el sistema.
- Fugas de agua o gas. Las piezas desgastadas o mal ajustadas generan escapes peligrosos.
- Mayor consumo energético. Una combustión deficiente o un circuito obstruido hacen que la caldera gaste más gas.
- Averías irreversibles. Lo que empieza como un pequeño silbido puede acabar en una reparación costosa.
- Seguridad en juego. Una combustión irregular puede liberar monóxido de carbono, un gas tóxico e inodoro.
En resumen: si tu caldera hace ruido y el problema persiste, lo más seguro es actuar pronto.
Consejos para prevenir que la caldera haga ruido
La mejor forma de evitar problemas es la prevención. Con hábitos sencillos puedes reducir la posibilidad de que tu caldera haga ruido en el futuro.
- Mantenimiento anual. Una revisión profesional cada año garantiza que todos los componentes estén ajustados y limpios.
- Descalcificación en zonas de agua dura. La cal evita el flujo correcto del agua y genera gorgoteos. Un tratamiento antical protege el intercambiador.
- Limpieza regular. Mantén limpios los filtros, salidas de aire y ventiladores. La suciedad es un origen habitual de vibraciones.
- Equilibrado del sistema. En instalaciones grandes, conviene revisar el equilibrado hidráulico para evitar ruidos por desequilibrios en el caudal.
- Sustitución de piezas desgastadas. No esperes a que un ventilador, una bomba o una válvula fallen del todo. Cambiarlos a tiempo es más barato y seguro.
Cómo resolver los ruidos de la caldera con seguridad
Si tu caldera hace ruido, lo más importante es no ignorar el aviso. Identifica el tipo de sonido, aplica las comprobaciones básicas y, si el problema persiste, contacta con un técnico cualificado.
Un diagnóstico profesional no solo soluciona el ruido. También protege tu instalación, reduce el consumo de gas y alarga la vida útil del equipo.
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