Cuando una caldera no calienta, el problema puede parecer grave, pero casi siempre tiene una explicación sencilla. Desde una caída de presión hasta un fallo en el termostato, en la bomba o en la válvula de tres vías, hay señales que te ayudan a saber por dónde empezar. En esta guía te contamos las causas más frecuentes y qué pasos seguir antes de llamar al técnico.
Lo esencial en 30 segundos
La presión ideal debe estar entre 1 y 1,5 bares.
El termostato puede fallar o tener las pilas agotadas.
El aire en los radiadores impide que el calor circule.
Una válvula de tres vías atascada desvía el agua y deja los radiadores fríos.
Si la bomba de circulación se bloquea, el agua no se mueve.
Por qué la caldera no calienta el agua o la calefacción
1. Falta de presión
Es la causa más habitual. Si la presión baja de 1 bar, el circuito no se activa. Gira la llave de llenado hasta alcanzar 1,3 bares y ciérrala. Luego purga los radiadores.
2. Aire en los radiadores
Si calientan solo por abajo, hay aire acumulado. Abre el purgador de cada radiador hasta que salga un chorro uniforme de agua. Cierra y vuelve a revisar la presión.
3. Termostato o programador
Comprueba que esté encendido y con pilas. Un termostato sin energía no envía la orden de calentar, aunque la caldera esté encendida.
4. Válvula de tres vías atascada
Es la pieza que dirige el agua caliente hacia los grifos o los radiadores. Si se atasca, la caldera no calienta la calefacción aunque sí el agua sanitaria. Requiere revisión profesional.
5. Bomba de circulación bloqueada
Tras el verano, la bomba puede quedarse trabada. Si oyes un zumbido sin movimiento, hay que desbloquearla manualmente o sustituirla.
6. Falta de gas o electricidad
A veces la caldera no calienta porque el suministro se ha cortado. Comprueba que haya luz y que las llaves de gas estén abiertas.
7. Acumulación de cal
Los sedimentos en el intercambiador reducen el flujo de agua caliente. Si notas que el agua sale templada o irregular, puede necesitar limpieza química profesional.
Cómo comprobar paso a paso si la caldera no calienta
Mira el manómetro. Debe marcar entre 1 y 1,5 bares. Si no, rellena si necesitas subir la presión o purga radiadores si lo que quieres es bajarla..
Verifica el suministro. Asegúrate de que el gas y la luz están activos.
Comprueba el termostato. Enciéndelo, revisa las pilas y sube la temperatura.
Purga los radiadores. Elimina el aire acumulado para que el calor circule bien.
Reinicia la caldera. Si el modelo lo permite, pulsa “reset” y espera unos minutos.
Escucha la bomba. Si no gira o hace ruidos extraños, está bloqueada.
Si tras todo esto la caldera no calienta, probablemente haya una avería en el vaso de expansión, en la tarjeta electrónica o en la válvula de tres vías.
Qué hacer si la caldera no calienta el agua pero sí la calefacción
Cuando el agua sale fría pero los radiadores funcionan, el problema está en el intercambiador sanitario o en la válvula desviadora. Ambas piezas controlan el flujo del agua caliente.
Si el intercambiador está lleno de cal, el agua no alcanza la temperatura. Si la válvula está atascada, el calor se queda en el circuito de calefacción. En ambos casos, necesitas asistencia técnica.
Qué hacer si la caldera no calienta los radiadores
Si el agua caliente sí funciona pero los radiadores permanecen fríos:
Purga todos los radiadores.
Comprueba la presión.
Revisa que la bomba de circulación gire.
Si la bomba está bien, la válvula de tres vías puede estar bloqueada.
Cuándo apagar la caldera y llamar al técnico
Apaga el aparato si:
Se muestra un código de error desconocido.
La presión sube o baja sin tocar nada.
No hay gas, pero el quemador sigue intentando encender.
Mantenimiento para evitar que la caldera deje de calentar
Revisión anual. Limpieza de intercambiador y verificación de seguridad.
Control de presión mensual. Mantén 1–1,5 bares en frío.
Purga antes del invierno. Elimina aire acumulado.
Limpieza antical. En zonas con agua dura, instala un ablandador o filtro.
Revisión del termostato. Cambia pilas y revisa conexiones.
Un mantenimiento básico prolonga la vida útil y evita que tu caldera deje de calentar en el peor momento.
Preguntas frecuentes
¿Por qué mi caldera no calienta el agua? Por presión baja, termostato defectuoso, o válvula de tres vías atascada.
¿Por qué los radiadores no se calientan? Porque hay aire en el circuito o la bomba no mueve el agua.
¿Qué hacer si el agua sale templada? Reducir el caudal del grifo. Si persiste, revisar el intercambiador.
¿Puede ser el gas? Sí. Si no hay suministro o la llama piloto está apagada, no calentará.
¿Cuánto cuesta reparar una caldera que no calienta? Depende del componente: una válvula cuesta menos que una bomba. Pide diagnóstico profesional.
Cómo recuperar el confort en casa cuando tu caldera no calienta:
Si tu caldera no calienta, no te alarmes. Comprueba presión, gas y termostato; purga radiadores y reinicia. Si el fallo persiste, llama a un técnico especializado.
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Saber cada cuánto tiempo revisar la caldera es clave para evitar averías, fugas o sanciones. En España, la revisión de la caldera no es opcional: la normativa exige un mantenimiento periódico mínimo cada dos años para garantizar la seguridad y la eficiencia energética del aparato. Cumplir con estas revisiones alarga su vida útil, reduce el consumo y te protege frente a fallos inesperados.
En este artículo te explicamos cada cuánto tiempo revisar la caldera según la ley, qué diferencias hay entre revisión e inspección, qué se comprueba en cada caso y por qué conviene hacerlo incluso antes de que sea obligatorio.
Revisión e inspección de la caldera: no son lo mismo
Mucha gente confunde ambos conceptos, pero revisión e inspección de la caldera son procedimientos distintos. Saber esta diferencia te ayudará a entender mejor cada cuánto tiempo revisar la caldera.
La revisión consiste en un mantenimiento técnico del equipo. La realiza una empresa o instalador autorizado y se centra en comprobar la combustión, limpiar el quemador y verificar la seguridad del aparato.
La inspección, en cambio, evalúa toda la instalación de gas, incluyendo tuberías y conexiones. La efectúa la empresa suministradora o un organismo acreditado y tiene carácter legal.
Ambas son necesarias: la primera para mantener el buen funcionamiento diario; la segunda, para garantizar que tu instalación cumple la normativa vigente.
Cada cuánto tiempo revisar la caldera según la normativa
Además, el RITE obliga a realizar una inspección de la instalación de gas cada 5 años, excepto en el País Vasco, donde debe hacerse cada 4 años.
En resumen, si te preguntas cada cuánto tiempo revisar la caldera, la respuesta es cada 2 años para gas y una vez al año para gasóleo o pellet. Sin embargo, muchos fabricantes recomiendan hacerlo cada 12 meses para asegurar el máximo rendimiento.
Cuándo conviene revisar la caldera aunque no sea obligatorio
Aunque la ley permita revisar la caldera cada 2 años, los fabricantes y los técnicos coinciden en que lo ideal es hacerlo una vez al año, sobre todo antes del invierno.
El motivo es simple: durante los meses fríos la caldera trabaja más horas y está sometida a más esfuerzo. Una revisión preventiva evita paradas inesperadas y mejora la eficiencia del sistema.
Por eso, aunque la normativa indique cada cuánto tiempo revisar la caldera, conviene anticiparse: una revisión anual garantiza ahorro, seguridad y confort.
Beneficios de la revisión anual:
Detecta fugas o pérdidas de presión antes de que sean graves.
Mejora el consumo y reduce las emisiones.
Evita bloqueos del ventilador o de la bomba de circulación.
Durante una revisión profesional, el técnico autorizado realiza comprobaciones exhaustivas. Conocer qué se analiza ayuda a entender por qué es importante respetar cada cuánto tiempo revisar la caldera.
Las principales tareas son:
Verificación de la combustión: se comprueba que el gas se quema correctamente y sin exceso de CO₂.
Control de presión y estanqueidad: se revisan válvulas, juntas y conexiones para descartar fugas.
Comprobación del vaso de expansión: asegura que la presión del circuito se mantiene estable.
Limpieza del quemador y los electrodos: elimina residuos que dificultan la ignición.
Revisión del ventilador y salida de humos: evita obstrucciones y sobrecalentamientos.
Comprobación del rendimiento: mide la eficiencia energética del equipo.
Inspección de la chimenea y el desagüe de condensados.
El técnico debe entregar un certificado de revisión, que es el documento que acredita que tu caldera cumple las condiciones de seguridad exigidas.
Quién puede revisar una caldera
No cualquier persona puede realizar una revisión. La ley exige que el mantenimiento lo efectúe un técnico autorizado o una empresa instaladora habilitada. El propietario tiene libertad para contratar el servicio con quien desee, sin estar obligado a hacerlo con la comercializadora de gas.
Si tienes dudas sobre tarifas o presupuestos, puedes consultar esta guía específica sobre el precio de la revisión.
Además, recuerda conservar el certificado de revisión durante al menos cinco años: puede ser solicitado en una inspección o por tu compañía aseguradora.
Consejos para mantener tu caldera en buen estado
Respetar cada cuánto tiempo revisar la caldera es solo una parte del mantenimiento. También es importante seguir algunas rutinas básicas para cuidar el equipo y evitar averías:
Controla la presión del circuito con frecuencia. Debe estar entre 1 y 1,5 bares.
Purga los radiadores al inicio del invierno para eliminar aire acumulado.
Evita cubrir la caldera o bloquear las rejillas de ventilación.
Usa el modo verano o invierno según la temporada. Evita dejarla encendida sin necesidad.
Desconecta la caldera si no la usarás durante semanas.
Estos hábitos prolongan la vida útil del aparato y ayudan a mantener estable la presión del sistema.
Tabla resumen: revisión e inspección de calderas
Tipo de caldera
Revisión obligatoria
Inspección instalación gas
Observaciones
Gas natural o propano
Cada 2 años
Cada 5 años (4 en País Vasco)
Revisión anual recomendada
Gasóleo
Cada año
Cada 5 años
Limpieza de hollín y control de fugas
Biomasa o pellet
Cada año
Cada 5 años
Limpieza del quemador y la chimenea
Potencia > 70 kW
Cada año
Cada 5 años
Mantenimiento intensivo obligatorio
Revisión periódica: la clave para una caldera segura y eficiente
Cumplir con los plazos establecidos no solo evita sanciones, sino que garantiza el correcto funcionamiento del sistema. Si no recuerdas la última revisión, consulta la etiqueta de mantenimiento o el certificado técnico.
Saber cada cuánto tiempo revisar la caldera te permitirá anticiparte a posibles fallos, ahorrar gas y disfrutar de un rendimiento óptimo durante todo el año. Una caldera bien cuidada no solo consume menos, también dura más y aporta mayor seguridad a tu hogar.
La revisión de la caldera es una obligación legal y una necesidad práctica. Gracias a ella, el aparato funciona de forma eficiente, segura y duradera.
En España, miles de viviendas dependen de la caldera para disponer de agua caliente y calefacción. Sin embargo, no siempre se conoce con claridad qué implica la revisión, cada cuánto tiempo debe realizarse o quién puede llevarla a cabo.
La normativa es clara: la revisión de la caldera no es un trámite opcional. Forma parte del mantenimiento obligatorio que establece el Reglamento de Instalaciones Térmicas en los Edificios (RITE). Cumplir con este proceso significa proteger tu hogar, ahorrar en consumo energético y evitar sanciones administrativas.
En este artículo veremos qué incluye la revisión, qué diferencia existe respecto a la inspección del gas, qué dice la normativa vigente y cuáles son las recomendaciones para mantener tu equipo siempre a punto.
Qué es la revisión de la caldera
La revisión de la caldera consiste en una comprobación técnica completa realizada por un profesional autorizado. Su objetivo es asegurar que el aparato funciona de manera correcta y cumple con los requisitos de seguridad y eficiencia energética.
Durante la revisión, el técnico realiza varias tareas fundamentales:
Comprobación visual. Se inspecciona el estado general de la caldera, tuberías, conexiones y salidas de humos.
Control de combustión. Se mide la calidad de la combustión para verificar que no haya emisiones nocivas ni riesgos de monóxido.
Prueba de estanqueidad. Se revisa que no existan fugas de gas o combustible líquido.
Ajustes básicos. Se corrigen parámetros de presión, caudal o temperatura para optimizar el rendimiento.
Seguridad. Se comprueban válvulas, sensores y dispositivos de protección.
Informe final. El técnico entrega un certificado que demuestra que la caldera cumple con la normativa.
La revisión de la caldera no debe confundirse con una simple limpieza. Es un proceso reglado que garantiza tanto la seguridad del usuario como la vida útil del equipo.
Quién debe realizar la revisión de la caldera
No cualquier persona puede encargarse de esta tarea. La normativa exige que la revisión de la caldera sea llevada a cabo por instaladores o mantenedores autorizados, inscritos en el registro de la comunidad autónoma.
Contratar un profesional habilitado no solo es una obligación legal. También asegura que los resultados del análisis de combustión, la comprobación de humos y el sellado de seguridad tengan validez oficial.
Por qué es importante
Realizar la revisión de la caldera en los plazos que marca la normativa evita accidentes y mejora la eficiencia. Una caldera sin revisar puede aumentar el consumo energético, emitir gases peligrosos o incluso dejar de funcionar de forma repentina.
En cambio, una caldera revisada con regularidad ofrece mayor confort, gasta menos combustible y mantiene la garantía del fabricante.
Revisión de la caldera vs inspección del gas
Muchas personas confunden la revisión de la caldera con la inspección de gas, pero no son lo mismo. Cada una tiene su propia normativa, plazos y responsables.
Revisión de la caldera. La realiza un técnico autorizado para comprobar el correcto funcionamiento del aparato. Es obligatoria cada 1 o 2 años según el tipo de caldera y la potencia instalada.
Inspección de gas. Afecta a toda la instalación receptora de gas: tuberías, llaves, contadores y aparatos conectados. Se hace cada 5 años y la organiza la distribuidora de gas natural.
La confusión es habitual porque ambos procesos buscan la seguridad. Sin embargo, la revisión de la caldera se centra en el aparato en sí, mientras que la inspección de gas abarca toda la instalación.
Calderas de gas hasta 70 kW. La revisión es obligatoria cada 2 años.
Calderas de gasoil y biomasa hasta 70 kW. Deben revisarse cada año.
Calderas de más de 70 kW (uso comunitario o industrial). Revisión obligatoria cada mes y mantenimiento reforzado.
Cumplir con estos plazos es responsabilidad del titular del aparato. Si la revisión no se realiza, la administración autonómica puede imponer sanciones y, en caso de accidente, los seguros pueden rechazar la cobertura.
Además, la normativa obliga a que los técnicos emitan un certificado de revisión, documento que acredita que la caldera ha sido revisada conforme a la ley.
Qué ocurre si no haces la revisión de la caldera
Ignorar la revisión de la caldera tiene consecuencias importantes:
Riesgos para la seguridad. Una caldera sin revisar puede tener fugas de gas o problemas de combustión que liberen monóxido de carbono, un gas tóxico e inodoro.
Mayor consumo energético. Un aparato sucio o desajustado puede gastar hasta un 15 % más de energía.
Averías graves. El desgaste no detectado a tiempo genera roturas que pueden costar cientos de euros en reparaciones.
Pérdida de garantía. Los fabricantes exigen la revisión periódica para mantener la cobertura de la garantía.
Posibles sanciones. El incumplimiento del RITE puede derivar en multas de la comunidad autónoma.
En definitiva, no hacer la revisión implica más gastos y menos seguridad. Por el contrario, cumplir con los plazos ofrece tranquilidad y alarga la vida útil de la instalación.
Cada cuánto tiempo hacer la revisión de la caldera
La revisión de la caldera debe realizarse con la frecuencia que marca la normativa, pero también conviene seguir las recomendaciones de fabricantes y técnicos.
Gas natural (≤ 70 kW). Cada 2 años.
Gasoil o biomasa (≤ 70 kW). Una vez al año.
Eléctricas. Aunque no están incluidas en el RITE, se recomienda una revisión anual para comprobar conexiones, termostatos y válvulas de seguridad.
Instalaciones comunitarias (> 70 kW). Revisión mensual y mantenimiento continuo.
La mejor forma de recordar estos plazos es anotar la fecha de la última revisión y programar un recordatorio. Así evitas despistes que puedan comprometer la seguridad o la cobertura del seguro.
Consejos para superar la revisión de la caldera sin problemas
Unos cuidados básicos facilitan el trabajo del técnico y garantizan que la revisión de la caldera se complete sin incidencias:
Limpia filtros y salidas de humos. La suciedad acumulada afecta a la combustión y reduce la eficiencia.
Usa siempre combustible recomendado. Evita problemas de residuos en quemadores y cámaras de combustión.
Comprueba la presión del circuito. Debe estar en torno a 1–1,5 bares en frío.
Revisa el entorno de la caldera. No acumules objetos cerca de la salida de gases ni bloquees rejillas de ventilación.
No manipules componentes internos. Las reparaciones improvisadas pueden empeorar el estado de la instalación.
Con estas medidas simples, facilitas el trabajo del técnico y te aseguras de que la revisión se realice de manera rápida y eficaz.
Conclusión
La revisión de la caldera no es solo una obligación legal, es una garantía de seguridad, eficiencia y confort. Cumplir los plazos evita sanciones y, sobre todo, protege tu hogar de riesgos graves como fugas o emisiones de monóxido.
Además, una revisión periódica mejora el rendimiento energético y prolonga la vida útil del aparato. Si quieres asegurarte de que tu caldera está en las mejores condiciones, confía en profesionales acreditados.
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